sábado, 25 de febrero de 2012

Pavão, morir por el Porto

Fernando Pascoal das Neves nació el 12 de julio de 1947 en la ciudad portuguesa de Chaves, habiendo comenzado su carrera profesional justamente en el conjunto más popular de la misma, el Polideportivo de Chaves, a donde llegó con 14 años, demostrando una excelente técnica como mediocampista, y una curiosa forma de llevar el balón con los brazos abiertos, por lo que se ganó el apodo de “Pavão”, es decir “pavo”.

Tras dos años en el equipo de su localidad, el Porto se fijó en sus condiciones y se lo llevó, para que en principio forme parte de sus equipos juveniles, aunque al cabo de algunos meses, el pequeño Fernando ya había conquistado a todos en el club, y el entrenador Jose María Pedroto lo ascendió al primer equipo del “dragão”, debutando nada más ni nada menos que en un clásico de Portugal ante el Benfica.

En poco tiempo, Pavão se convirtió en una de las figuras del Porto, al punto de que fue elegido como capitán por sus compañeros, logrando ser el futbolista más joven en llevar esta distintiva cinta en la historia del club. En la temporada 1967/68, ayudó a la institución a quedarse con la final de la Copa de la Liga, al derrotar al Vitoria Setúbal en la final por 2 a 1.

Llevaba disputados 179 encuentros, con 16 goles anotados con el Porto, cuando durante un encuentro como visitante frente al mismo rival, dio un pase a su compañero Oliver, tras el cual cayó como desmayado al piso. A pesar del momento de tensión vivido el encuentro se terminó de desarrollar, Pavão fue sustituido por un suplente, y el equipo ganó el partido por 2 a 0, continuando líder del campeonato.

Pero la felicidad duraría muy poco. Algunas horas más tarde, se anunció que el capitán del Porto había fallecido de una hemorragia cerebral en el Hospital San Juan de la ciudad, según indicó el parte médico, produciendo una noticia que conmocionó por entonces al medio futbolístico de Portugal. Luego se supo que el médico del equipo, José Santana, había advertido que el jugador estaba en coma y que el encuentro no debió terminarse, pero que nadie le hizo caso.

Incluso, cuenta la historia que en el entretiempo del encuentro, sus propios compañeros ya sabía la triste noticia, pero que fueron obligados a seguir jugando porque se trataba de un encuentro que podía definir la Liga, y no querían que el público reaccionara ante una posible suspensión. También por este motivo, se informó en el descanso a los fanáticos, que Pavão sólo sufría una congestión.

El 16 de diciembre de 1973, y con apenas 26 años, el capitán del Porto fallecía casi en pleno terreno de juego, lo que explica de alguna manera los sentidos homenajes que este club realizó a su rival, el Benfica, cuando el futbolista húngaro Miklos Feher sufrió un acontecimiento semejante. En el dolor no hay rivales.


2 comentarios:

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