sábado, 29 de octubre de 2011

Mokhtar Dahari, el Maradona malayo

Allahyarham Dato' Mokhtar Dahari, como era su nombre completo, fue el más representativo futbolista en la historia de Malasia, nacido el 13 de noviembre de 1953 en Setapak, estado de Selangor. Incluso, muchos consideran que fue el mejor jugador asiático de la década del ´70, y nadie duda de que se trata del más importante integrante del Selangor FA de su país.

Mokhtar fue el primogénito del matrimonio formado por su madre, Aminah Binti Sharikan y su padre, Abeng Dahari, quien era conductor de camiones de transporte, y no ganaba el suficiente dinero como para asegurarle a su hijo una educación de calidad. Buscando mayores oportunidades, la familia se trasladó a Kampung Pandan cuando el niño tenía 11 años, comenzando a cursar la escuela secundaria en el Instituto Victoria de Kuala Lumpur, donde se acercó al fútbol.

Cuando le llegó la edad para volverse profesional, comenzó a representar justamente al Selangor, el club más importante del estado en el cual había nacido, y cuyos ojeadores habían visto sus cualidades en vivo en varias ocasiones. Su primer torneo fue la denominada Copa de la Juventud de Burnley, que el equipo no tuvo mayores inconvenientes en obtener.

En su primera temporada completa en el Selangor, se convirtió en el goleador del equipo, y más allá de las desprolojidades que podía presentar un torneo asiático hace cuatro décadas, empezó a colaborar decisivamente en la obtención consecutiva de hasta diez Copas de la Liga de Malasia, en las que convirtió 177 goles, transformándose en el ídolo de las masas juveniles.

Por este motivo fue rápidamente fue convocado para representar a su país, debutando con sólo 19 años en 1972, en un encuentro ante Sri Lanka. En muchos de los partidos sucesivos en los que Malasia fue local ante rivales regionales, no se hacían esperar los bramidos de la multitud bramando por “Supermokh” como lo había apodado.

Su momento de mayor reconocimiento internacional le llegó en 1978, cuando enfrentando Malasia a un combinado de Inglaterra B, entrenado ni más ni menos que por Bobby Robson, convirtió un gol desde la mitad del campo.

Finalmente decidió retirarse en mayo de 1986, tras haber ganado una vez más la Copa de Malasia, pero en enero del año siguiente decidió regresar para finalizar una temporada más como parte del Selangor, abandonando la práctica profesional algunos meses más tarde de forma definitiva.

Durante ese tiempo se caracterizó por una técnica especialmente depurada, la misma que le permitió anotar un sinfín de goles increíbles, y por esta razón fue que muchos fanáticos del fútbol en su país le compararon al final de su carrera con Diego Maradona, que en ese momento se había consagrado como el mejor del planeta en el Mundial de México. Incluso, tuvo la posibilidad de coincidir con él en un amistoso jugado ante Boca Juniors en 1982.

Una vez retirado, Dahari comenzó a percibir cada vez mayor cantidad de lesiones, posiblemente secuelas de sus años de futbolista, y por eso prefirió abandonar el equipo del Kwong Yik Bank, en el cual se había estado probando, para dedicarse a entrenar juveniles de Selangor, y empezando a pensar en la posibilidad de convertirse en técnico más adelante.

Algunos meses después, comenzó a experimentar problemas en su garganta, y el primer médico que lo vio le diagnosticó una enfermedad motora y neurológica, situación que sólo se comunicó a él y su esposa por precaución, y ante la gravedad del cuadro. Allí, la pareja se desplazó a Londres en busca de una cura para este problema.

En ese momento, la prensa infirmó que Mokhtar sufría una distrofia muscular, atendiendo a la gran cantidad de casos de esta enfermedad que se habían presentado en el fútbol italiano por aquel entonces.

Tras tres años luchando, Dahari falleció el 11 de julio de 1991 en el centro médico Subang Jaya, manteniéndose aún la confusión acerca de cual había sido el verdadero causante de esta situación. Sin embargo, todo quedó aclarado cuando la “National Geographic” publicó un documental, denominado “La verdad no revelada sobre Supermokh” (1-2-3-4), en el que se cuenta el proceso de tratamientos que derivó en su muerte.

Desde entonces, sus restos descansan en el cementerio musulmán de Taman Keramat Permai, en Bukit Permai. Su leyenda, la del Maradona malayo, sigue más viva que nunca.


0 comentarios:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...

Publicar un comentario