Gottfried Fuchs, el crack judío exiliado

Este futbolista alemán, nacido el 3 de mayo de 1889, pertenecía a la comunidad judía, motivo por el cual, al desencadenarse la Segunda Guerra Mundial, y a pesar de haber servido a su nación en un principio, debió trasladarse hacia Canadá, con un paso previo por Francia.

Es principalmente recordado por haberle anotado 10 goles, representando justamente a la selección de Alemania, a Rusia en los Juegos Olímpicos de 1912 en Suecia, el 1 de julio de ese año, siendo el máximo goleador del torneo, y hasta ese momento adorado en su país.

Incluso, con la camiseta de su país, disputó seis encuentros, convirtiendo un total de 13 goles, que le sitúan hasta el día de hoy como el internacional alemán con mejor promedio goleador de la historia, con un registro de 2,17 goles por encuentro. No obstante, fue excluido de las listas oficiales por el régimen nazi tan pronto llegó éste a adueñarse del deporte nacional.

Además, Fuchs formó parte de una histórica delantera del Karlsruher junto a Fritz Forderer y Julius Hirsch, conjunto con el que se consagró campeón de su país en 1910, cuando desde luego, la Bundesliga no estaba establecida.

El histórico Karlsruher de 1912

Ya fallecido, la Federación Alemana de Fútbol le honró con su insignia de oro, siendo que muchos de los posteriormente históricos futbolistas de este país, sobre todo en la década del ´50, daban cuenta de su espectacular juego.

Curiosamente, Gottfried tenía un hermano mayor llamado Richard, que llegó a ser un destacado compositor y arquitecto, habiendo diseñado la sinagoga judía “Gernsbach”, destruida en el holocausto. Incluso, él mismo pasó una semanas en un campo de concentración en Dachau antes de poder emigrar a Nueva Zelanda, donde de todas maneras tuvo una difícil adaptación por su pasado “alemán”, falleciendo finalmente en 1947.