Antes que nada Tipner no nació en una familia cualquiera aquel 13 de marzo de 1906. Aunque su padre tenía un oficio común, como el de carnicero, su madre había sido elegida reina de la belleza de Tallín en su juventud, y por ese motivo, eran bastante conocidos en el pueblo. Sin embargo, al fallecer su madre en 1915 a causa de unos pulmones débiles, su hermana debió hacerse cargo de su crianza, dejando de lado su carrera de bailarina reconocida a nivel internacional.
Al estallar la Primera Guerra Mundial, los Tipner debieron trasladarse al barrio de Narva, donde su padre volvió a casarse, y en 1919, con 13 años, el ingresó a jugar en un club local, dado que el fútbol le apasionaba, y era una forma de distraerse de la dura situación familiar. A las dos temporadas, ya era uno de los juveniles más destacados de toda la región de Tallín.
Su debut en Primera fue inevitable, y se produjo en octubre de 1921 en el SK Tallinna Sport, donde jugó la mayor parte de su carrera. Posteriormente le llegaría a la llamada a representar a su país tres años más tarde, cuando ya era conocido en buena parte de Europa por los amantes del fútbol.
En total, ganaría la Liga de Estonia en ocho ocasiones, en los años 1922, 1924, 1925, 1927, 1929, 1931, 1932 y 1933, además de la Copa de la Liga en 1938, y tres Copa Báltica, representando a su país, en 1929, 1931 y 1938.
El Bandy, deporte que había desarrollado en su niñez, junto con el Hockey sobre hielo, también era practicado en sus tiempos libres, y le dio más de una satisfacción, obteniendo ni más ni menos que el Campeonato Nacional en siete ocasiones: 1924, 1928, 1929, 1930, 1931, 1932 y 1935.
Tras haber sido integrante de la selección de Estonia, entre los años 1924 y 1939, Tipner llegó a disputar 66 encuentros como guardameta titular de su país, puesto que le era indiscutido, al punto de ser además varias veces elegido capitán por sus propios compañeros. Además, participó de los Juegos Olímpicos de 1924, donde su equipo tuvo una floja actuación, y a pesar de que en ellos, no se privó de jugar como delantero en la cita previa.
Delegación de Estonia en los Juegos Olímpicos de 1924 |
Para algunos autores, Tipner también ha quedado en la historia por haber convertido, en propia puerta, el primer gol de un encuentro clasificatorio a un Mundial. Esto sucedió en 1933, ante Suecia, en una goleada por 6 a 2 de los escandinavos, aunque otros señalan que el tanto fue anotado por el nórdico Knut Kroon.
Gran artículo, ojalá poco a poco paises pocos futbolísticos como este se habra al mundo.
ResponderEliminarUn saludo!
Si, pensaba que, curiosamente, el fútbol de Estonia apenas si se desarrolló desde entonces...
ResponderEliminarSaludos
Tomando referencia tu título, para mí siempre la piedra filosofal de un equipo empieza por el arquero.
ResponderEliminarSaludos
Es cierto, lo curioso del caso es que los dos futbolistas más representativos de la historia de Estonia son arqueros... algo bastante llamativo
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