jueves, 2 de febrero de 2012

Paulino Alcántara, el primer ídolo del Barcelona

El "romperredes", último obstáculo de Messi
A pesar de que probablemente Lionel Messi supere este curso los números goleadores de César Rodríguez como mayor artillero oficial en la historia del Barcelona, un nombre curiosamente también asociado a la actualidad del club, cobra fuerza para traer a nosotros la historia de un héroe olvidado en los albores del fútbol español, que supera los registros “culés” del argentino. Estamos hablando de Paulino Alcántara, quien nada tiene que ver con Thiago y Rafael Alcántara, los hijos de Mazinho.

Paulino, nacido en la ciudad de Ilolio el 7 de octubre de 1896, en el territorio de Filipinas, era el sexto hijo de un militar español en servicio en este país, Eduardo Alcántara y una mujer local, Victoria Riestra. A pesar de que no era su idea, la familia debió abandEonar la colonia por problemas políticos tres años más tarde, marchándose a Barcelona con sus hijos, e iniciando al poco tiempo nuestro protagonista sus estudios en el Colegio de los Jesuitas de la calle Caspe de Barcelona.

Ya dentro de este establecimiento, Paulino comenzó a destacar en la práctica de diferentes deportes, pero con el tiempo comenzó a priorizar el fútbol a otros, como el atletismo y las carreras. Incluso, aunque en ese momento no se trataba de una práctica profesional, Alcántara fue un pionero en dedicar tiempo extra a su entrenamiento tanto físico como futbolístico.

Durante aquella época, era común ver a Paulino jugando con sus amigos en la plaza Letamendi, y en los alrededores de la plaza Universitat, además de formar parte de equipos locales, como el de su propio colegio, o el Universitary Sport Club. En abril de 1910, el Barcelona se interesó en su fichaje, y para mayo, luego de pagar una cuota de dos pesetas, se hizo socio del club, y se unió al equipo infantil con apenas 14 años.

Luego de varios meses de integrar entonces los conjuntos juveniles del Barça, Alcántara tuvo la posibilidad de debutar con el primer equipo el 25 de febrero de 1912, en un partido contra el Catalá jugado en el histórico Camp del Carrer Industria. Paulino, que apenas tenía 15 años y 4 meses, se presentó anotando ni más ni menos que tres goles, siendo el primero de los 33 hattricks que conseguiría en su carrera en el club.

En tan sólo cuestión de semanas, Paulino lograría tres récords que hasta el día de hoy evocan su nombre. Se trata del futbolista más joven en jugar con el primer equipo del Barcelona, el más joven en marcar un gol en un partido oficial con este club, y el primer asiático de nacimiento en debutar en el fútbol de Europa.

En momentos en los que la más laureada competencia española era la Copa del Rey, Alcántara logró, junto al Barcelona, consagrarse en cinco oportunidades de este torneo. Además, también se dio el gusto de obtener hasta diez ediciones del Campeonato de Catalunya, entre los años 1913 y 1927.

Una de las más grandes curiosidades acerca de la trayectoria de este ídolo del Barcelona, es que llegó a representar hasta tres reconocidos como “combinados nacionales”, siendo ellos la selección de Cataluña, la de España, y la de Filipinas. Entre ellas, debutó en la primera en febrero de 1915, en un encuentro amistoso frente a Euskadi que terminó igualado 2 a 2.

En su consultorio, como médico
Sin embargo, y cuando su carrera parecía encumbrarse en el fútbol español, sus padres decidieron al año siguiente regresar a Filipinas, y él, con apenas 20 años y sin los recursos económicos para mantenerse por sí mismo, debió embarcarse con ellos. El 2 de mayo de ese año, miles de fanáticos del Barcelona acudieron al puerto a despedirlo. Él, llorando, se despedía sin saber por cuánto tiempo.

Una vez en Filipinas, ya totalmente instalado, Paulino comenzó sus estudios de Medicina, pero sin abandonar el fútbol, al enlistarse en el Bohemian Sporting Club, obteniendo los campeonatos nacionales de los años 1917 y 1918. Entonces, fue llamado para representar a su país de nacimiento, y con éste acudió a los Juegos del Lejano Oriente que se disputaron en Tokio, aunque su combinado sería eliminado por la agresión de un compañero suyo a un participante chino.

Ya a finales de 1917, el Barcelona había hecho llegar a Filipinas, y a Alcántara, su intención de que regresase al club, luego de dos temporadas, que en su ausencia, habían presentado malos resultados. Aunque Paulino en un primer momento se había mostrado dubitativo, luego aceptó el reto, y se embarcó desde Manila hacia Barcelona el 20 de febrero de1918. Su llegada a tierras catalanas, testigos de su devoción por el fútbol, se produjo más de dos meses después, el 28 de abril de aquel año.

Ya formando parte nuevamente del plantel “culé”, Alcántara comenzaría a terminar de forjar su leyenda blaugrana, aunque en 1920 perdería la posibilidad de acudir a los Juegos Olímpicos de Amberes por una cuestión muy especial: se encontraba rindiendo sus exámenes finales para terminar la carrera de Medicina, y había decidido priorizar sus estudios, luego del Barcelona, claro.

En las temporadas siguientes, hasta su retiro en 1927, Paulino llegó a anotar la increíble cifra de 357 goles, lo que se hace aún más espectacular si se considera que disputó exactamente la misma cantidad de encuentros en el Barcelona, por lo que totalizó un promedio de un gol por encuentro, siendo el máximo anotador en la historia del club, aunque claro, en su época amateur.

Paulino, que había ejercido como directivo del Barcelona entre 1931 y 1934, y que fue seleccionador español en 1951, tenía la costumbre cada mañana de realizar gimnasia y jugar al frontón en el Club Natació. Su muerte, en 1964, provocó una gran movilización de masas en la ciudad condal, principalmente de muchas de las personas que había visto nacer de sus pies, el mito de uno de los clubes más grandes del mundo.


Curiosidades

Una de las consecuencias de su extraordinaria participación como futbolista del club en estos años, es que Alcántara se convirtió en ídolo de muchos de los que, en los siguientes años, fueron los mejores jugadores del Barcelona. Uno de esos casos fue el de Josep Samitier, quien incluso recibió consejos del propio Paulino cuando acudía a verlo.

Durante su carrera, además, recibió el apodo de “romperredes”, debido a un gol que anotó, para España, ante Francia, en 1922. En aquella ocasión, el enviado al encuentro del periódico “El Mundo Deportivo”, informó que el lanzamiento de Paulino había atravesado el arco, rompiendo la red sin miramientos. Esto hablaba también de una de sus máximas cualidades, su potente disparo.

Por otro lado, su encuentro despedida, que se produjo en mayo de 1927, enfrentó al Barcelona de aquel momento, en el que él jugaba, ante un combinado del resto de España. Increíblemente, el partido no comenzó con el tradicional pase del centro del campo, sino que una avioneta lanzó el balón desde las alturas, mientras sobrevolaba el antiguo Camp de les Corts.

Una vez retirado, Paulino se dedicó nuevamente a su carrera de médico. Se había recibido en 1925 y ya en sus últimos años de carrera había comenzado a ejercer, aunque de manera discontinua. Durante mucho tiempo, fue visitado como uno de los especialistas locales en vías urinarias de una clínica privada de la ciudad, y de hecho, transmitió muchos de sus saberes a su hijo, Eduardo, que fue un destacado cirujano de Barcelona.


Fuentes - [Wikipedia - Barcelona Histórico - Trequartista Clásico - La Vanguardia - FC Barcelona - Bill of Soccer - Total Barça - El País - ]

3 comentarios:

  1. Genial historia, gracias por compartirla !

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  2. Gran historia como siempre, enorme punta Paulino Alcántara

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  3. Impresionante los número de Paulinho. Gracias por recordar a este jugador.

    Un saludo

    TresCuatroTres.es

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