lunes, 16 de enero de 2012

Masashi Nakayama, vigencia y pantallas chicas

En sus últimos años en el Jubilo Iwata
Probablemente el nombre de Masashi Nakayama le suene a algún muy fanático del fútbol que recuerde todo de los Mundiales, o por qué no, a quien se atreva a tener conocimientos medianamente profundos sobre la J-League de Japón. La realidad es que nuestro protagonista de hoy no ha adquirido demasiada notoriedad fuera de estos círculos, aunque dentro de ellos, la vigencia le pinta de cuerpo entero.

De Nakayama debemos saber que nació en el barrio de Okabe, en Shizuoka, el 23 de septiembre de 1967, y aunque sacando la cuenta rápidamente podríamos creer que se trata de un ex futbolista consagrado, con alguna historia resonante a cuestas, lo cierto es que ha sido escogido para ilustrar estas páginas, porque a sus 44 años él ha decidido seguir escribiendo su propio cuento, aún como profesional, y eso lo distingue.

Masashi comenzó su carrera siendo apenas un adolescente, cuando se unió a las fuerzas del Fujieda-Higashi H.S. Con apenas 16 años,  ya que el equipo tenía su sede cerca del centro escolar donde estudiaba por las mañanas. No obstante, dos temporadas más tardes ya se había hecho un nombre en su región, y por eso fue contratado, aunque en una cifra irrisoria y por cuestiones de aprendizaje, por el conjunto de la Universidad de Tsukuba, famosa en Japón por haber sido cuna de otros importantes deportistas, políticos y académicos.


En este equipo jugó, aunque de forma amateur claro está, entre los años 1986 y 1990, convirtiéndose desde luego en uno de los referentes históricos en lo que a futbolistas refiere dentro de la casa de estudios. Pero al finalizar los mismos se dio cuenta de que era más fuerte su amor por el deporte que por los libros, y no dudó en aceptar una propuesta del conjunto Yamaha Motors, que lógicamente era “bancado” por la gigante automotriz.

El problema en este conjunto fue que, a pesar de que había logrado el ascenso a Primera División en 1988, no pudo acoplar sus instalaciones ni logística a la categoría más profesionalizada del fútbol nipón, y por tanto, la propia Yamaha decidió autorelegarse nuevamente a Segunda. Todo cambio en 1994, cuando sí se aprovechó la oportunidad de arribar a la máxima categoría, de la mano de futbolistas como Dunga, de decisiva influencia en sus compañeros. Para entonces, el equipo ya se llamaba Júbilo Iwata, y tenía como objetivo afianzarse entre los grandes de la J-League.

En los años que comprenderían desde el afianzamiento en Primera, hasta el tener la posibilidad de luchar títulos, la eficacia de Nakayama creció considerablemente, siendo siempre un titular indiscutible de su conjunto. Concretamente, entre 1994 y 1997, anotaría 30 goles en 84 encuentros, cuando además su promedio de la Universidad era de cerca de un tanto por partido.

En el Mundial de Francia 1998
Desde ese mismo 1997, comenzaría la etapa de mayor gloria del Júbilo Iwata, ya que en los siguientes seis años, el club se alzaría con tres ediciones de la J-League, finalizando además segundo en las otras tres oportunidades. Sus actuaciones en otras competencias fueron igualmente destacables, obteniendo una Copa del Emperador, el trofeo más importante de Japón; además de dos Supercopas locales.

Llegado 1998, Nakayama lograría establecerse como un eterno del fútbol japonés y mundial, al lograr convertir 3 o más goles en cuatro partidos consecutivos. Fue en abril se ese año, marcando 4 veces al Cerezo Osaka, otras 4 al Sanfrecce Hiroshima, nuevamente 4 frente al Avispa Fukuoka y 3 dianas al Sapporo Consadole.

Durante estas temporadas, Nakayama terminaría de convertirse no sólo en un referente del equipo, aportando una cantidad de goles por encima de la media de uno cada dos encuentros. Esto le serviría además para participar en los Mundiales de Francia, y Japón y Corea, anotando el único gol de su selección en el primero de ellos, ante Jamaica, pero siendo suplente en los encuentros del que se disputó en sus tierras, y terminando sin conquistas en éste.

Luego de aquellas temporadas de gloria, la realidad del Júbilo Iwata comenzó a alejarse de la posibilidad de disputar instancias finales de los torneos que jugaba, lo que provocó también una considerable merma en el rendimiento de nuestro protagonista, que ya nunca volvió a las cifras de antaño. Durante algún tiempo incluso, se llegó a especular con la posibilidad de su retiro ya que no le veían utilidad dentro del equipo, y sus ya más de 36 años.

Sin embargo, y a pesar de ello, Nakayama siguió siendo titular indiscutido en el Júbilo Iwata hasta el 2009, y aunque no ya como titular en la mayoría de las alineaciones, sí recibiendo siempre el mismo apoyo por parte de los fanáticos del Júbilo, que incluso le dedicaban una canción especial a su nombre. No es para menos, ostenta hasta hoy el récord histórico de anotaciones en la J-League, con 157 goles.

Ya en el Sapporo Consadole
Cuando en junio de ese año su contrato expiraba, muchos de los integrantes del Iwata estaban listos para homenajearlo como era debido, y de hecho lo hicieron. Sin embargo, ellos pensaban que Masashi podría desempeñar algún otro rol dentro del club, con sus 42 años y la basta experiencia conseguida a través de carrera en el deporte de elite. Él los sorprendió con su respuesta: ya tenía un contrato firmado con un club de Segunda.

Se trataba justamente del Sapporo Consadole, un grande del fútbol japonés venido a menos, que esperaba su pronto regreso a la élite, contratando para ello a algunas figuras locales, como en el caso de Nakayama. Desde entonces, y por ya tercera temporada, este futbolista se encuentra activo, a pesar de haber cumplido 45 años hace unos meses. Todo un ejemplo de perseverancia, digno de las más míticas tradiciones orientales.

Su relación con la televisión

Pero la carrera de Nakayama se ha visto rodeada también de otras curiosidades que nada tienen que ver con su vigencia dentro de los terrenos de juego. Entre ellas podemos nombrar que está casado con la reconocida actriz Tomoko Ikuta, famosa en Asia por ser una de las voces protagonistas de la series más famosas a nivel local, “Dae Jang Geum”, que se traduce como “Una Joya en el Palacio”.

Además, el propio Masashi tuvo sus apariciones en la televisión de Japón, al interpretar la voz de su propio personaje animado, que hacía de invitado en la serie de manga y anime “Corazón Hambriento: Goleador Salvaje”. Este programa también cuenta con una gran audiencia en Asia, al punto de que los equipos que allí aparecen se encuentran auspiciados ni más ni menos que por la compañía deportiva Puma.

Por último, durante su momento de mayor apogeo, Nakayama supo ser el hombre de la portada en el lanzamiento del videojuego de consola “Winning Eleven”, en sus ediciones japonesas de los años 2002 y 2003, correspondiendo ambas a la zaga llamada “WE 6”.


Fuentes - [Wikipedia - Taringa - PES Stats DB - IFFHS - Jubilo Iwata - Fútbol con Propiedad]

4 comentarios:

  1. Se puede decir que fue pieza clave de la evolución del fútbol en Japón.
    Por cierto , Futbolistas con Historia fue uno de mis favoritos en los "Premios De Paradinha".
    Seguí así que vas muy bien.
    Saludos

    ResponderEliminar
  2. Increíble que siga jugando, ¿será récord con esa edad? No conocía a otro que siguiera en el profesionalismo a los 45.
    Buena historia, saludos.

    ResponderEliminar
  3. Hola, queria saber por favor como contactar con el responsable del blog para proponerle una colaboracion. Mi email es refsporty4@gmail.com

    Gracias.
    Un saludo,

    valeria

    ResponderEliminar
  4. Muy buen artículo sobre Nakayama, felicidades ;)

    un saludo

    ResponderEliminar