jueves, 20 de octubre de 2011

Matheus Oliveira, el festejo hecho futbolista

Cuando Bebeto marcó aquel recordado gol ante Holanda, en los cuartos de final del Mundial de 1994, su hijo Matheus Oliveira tenía apenas dos días de edad. Como su padre no le había visto nacer, decidió homenajearlo de algún modo con aquella celebración que recorrería el mundo, en la cual balanceaba sus brazos, como si su pequeño estuviera allí, hamacándolo.

Lo siguiente en Estados Unidos es historia conocida, Bebeto saldría campeón del mundo junto con el “scratch” tal vez menos vistoso de la historia, y luego se convertiría en ídolo absoluto en el Deportivo La Coruña. Pero la historia de su hijo recién comenzaba a escribirse de forma paralela en aquel julio del ´94.

Junto a Lucho Nizzo, entrenador de la sub16 de Brasil
De hecho, poco tiempo después, fue el propio atacante quien comentó que Matheus mostraba algunas interesantes aptitudes para el fútbol, lo cual lo llenaba de orgullo. El relato, no obstante, cayó en el olvido una vez retirado Bebeto, hasta que hace algunos años, en una de las convocatorias de la selección sub13 de Brasil, trajo a colación un nombre que quizá le pareció familiar a más de un seguidor carioca: Matheus Oliveira.

Es que el chico confirmó en los años que le mantuvieron en la sombra que es un gran proyecto de futbolista, y que su padre, al hacerlo recorrer el mundo de la mano de un festejo, le había otorgado también el tan maravilloso don del fútbol. De hecho, en marzo de este año firmó su primer vínculo profesional con el Flamengo, que le ha puesto una cláusula de rescisión de 14 millones de euros ante el interés, entre otros, del propio Deportivo.


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