lunes, 24 de octubre de 2011

N´daye Mulamba, nadie es profeta en su tierra

Probablemente una de las selecciones más insólitas que participaron en los Mundiales fue aquella de Zaire en 1974, traída a colación muchas veces por el curioso hecho de que algunos de sus integrantes ni siquiera conocían completamente las reglas del fútbol. Entre ellos, no obstante, hubo uno que llegó a destacarse, antes de ser abandonado por la comunidad del deporte a la que tanto le había dado.

Pierre N´daye Mulamba, tal su nombre completo, nació el 4 de noviembre de 1948 en la ciudad de Luluabourg, hoy conocida como Kananga, y que por aquel entonces formaba parte de Zaire, siendo un interesante mediocampista ofensivo que fue conocido bajo los sobrenombres de “volvo” y “el asesino”, éste último por su capacidad para llegar al gol. Incluso, debutó en la Primera División de su país con apenas 15 años, en el Renaissance du Kasaï.

A pesar de los esfuerzos de su padre para que abandonara el fútbol y se dedicase a los estudios, su talento fue más fuerte, y dos temporadas más tarde le contrató el club de los “Hermanos Belgas”, debutando en un clásico frente al Unión San Gilloise, y marcándole dos goles. De hecho, fue preseleccionado para la Copa África de 1968, la primera que ganaría su país, aunque se perdió la cita debido a que el entrenador Ferenc Csanadi prefirió a los jugadores que actuaban en el fútbol belga.

En 1972, abandonó su puesto de profesor en una escuela primaria para abocarse definitivamente al deporte, firmando un contrato con el AS Bantou. Allí ganó buena parte de su fama a nivel nacional, y los hinchas del club comenzaron a adorarle realmente.

Sin embargo, su carrera a nivel clubes protagonizó su momento de mayor esplendor en 1973, cuando formando parte del AS Vita Club, se consagró campeón de la Copa de Campeones de África, una especie de equivalente de la Champions League europea. Gracias a ello, se ganó la posibilidad de comenzar a integrar el combinado de su país que disputó ante Marruecos la histórica clasificación al Mundial de Alemania al año siguiente, la primera de una nación subsahariana.

En aquella época, la Copa de África se jugaba antes del propio Campeonato del Mundo, y Zaire acudió como una de las cenicientas del torneo. En la primera ronda, logró clasificarse en el segundo puesto de su grupo gracias a tres anotaciones de N´daye, entre otras. Las semifinales se produjeron entonces ante el local Egipto y Zaire se impuso por 3 a 2 con dos goles de Mulamba, siendo que uno de ellos le dio el triunfo de forma definitiva en la segunda etapa.

La final se disputó el 12 de marzo ante Zambia. Éste conjunto se adelantó en el marcador a falta de cinco minutos para el final de primer tiempo, pero un gol de N´daye puso la igualdad a los 20 minutos del segundo tiempo. El encuentro se marchó a tiempo extra, y nuestro protagonista volvió a anotar a falta de tres minutos para finalizar la segunda prórroga, pero en la última jugada del partido Sinyangwe estableció el empate definitivo.

De esa forma, la final se decidiría en un nuevo enfrentamiento, dos días más tarde. En aquella oportunidad, el triunfo de Zaire por 2 a 0 fue claro, y N´daye se consagró como la estrella de la competencia, anotando otros dos goles, y fijando su marca en nueve, lo que hasta el día de hoy se ha constituido como la mayor cantidad de anotaciones en una sola edición de la Copa África.

En su regreso a Zaire, toda la selección fue condecorada por la obtención de un título por el mismísimo presidente, Mobutu Sese Seko, quien honró particularmente a N´daye otorgándole la “Orden de la Nación”, el mayor reconocimiento a un ciudadano de Zaire.

Ya asentada la selección en Alemania, fue designado capitán de su equipo, y jugó como titular desde luego en el debut en la competencia ante Escocia, que se saldó como derrota por 2 a 0, con una de todos modos digna actuación de los africanos. Al encuentro siguiente, se produjo la histórica derrota ante Yugoslavia por 9 a 0, en la que N´daye fue expulsado cuando iban 22 minutos de comenzado el encuentro, cuando su equipo ya caía por cuatro goles. Ya en el último encuentro del grupo, con la historia juzgada, Zaire cayó por 3 a 0 ante Brasil y se despidió para siempre de los Mundiales, al igual que el propio N´daye.

Posteriormente, Mulamba declaró a la prensa de su país que el bajo rendimiento del equipo ante Yugoslavia se debió a una señal de protesta de los jugadores. Concretamente, les habían prometido un premio de 45.000 dólares por cabeza si derrotaban a los europeos, pero un directivo de la Federación se fugó con el dinero antes del partido, provocando la furia de los futbolistas. “Era demasiado dinero para nosotros” sostiene cuando se le pregunta por qué humillaron a su patria de esa forma.

Su carrera continuó igualmente con éxito en su país, aunque las lesiones comenzaban a hacer mella en su físico. De hecho, se las ingenió para clasificar al Vita Club otra vez a la final de la Copa de Campeones de África, en 1981, pero en esa oportunidad caerían derrotados ante el Vita Kinshasa, y pocos meses más tarde decidió su alejamiento del fútbol profesional.

Desde ese momento, su nombre fue borrado de cualquier competencia futbolística de elite, hasta 1994, cuando la Confederación Africana de Fútbol lo invitó a la Copa África a disputarse en Túnez, donde fue homenajeado.

Sin embargo, en su regreso a Zaire, se encontró con que la Guerra Civil había estallado, y un soldado del ejército, creyendo que al ser un exitoso futbolista retirado tenía dinero para entregarle, le disparó en una de sus piernas. Su recuperación le demandó ocho meses, y para llevarla a cabo fue acogido por su ex compañero Emmanuel Paye-Paye. A los dos años, en medio de la cruenta Primera Guerra del Congo, su único hijo varón fue asesinado, y decidió huir como un refugiado político hacia Sudáfrica, dejando a su esposa y una hija.

Primero estuvo en Johannesburgo, pero tras un tiempo sin tener suerte en su búsqueda de trabajos, se trasladó hacia el sur de Ciudad del Cabo, donde fue acogido por una familia local, que lo rescató de sus excesos con el alcohol, y le enseñó a manejarse medianamente con el inglés, considerando que sólo sabía hablar francés y eso también dificultaba su rutina.

Era tal el desconocimiento que el mundo del fútbol tenía de su paradero, que en 1998, durante la disputa de la Copa Africana de Burkina Faso, se realizó un minuto de silencio, ya que se había informado erróneamente que había muerto trabajando en una mina en Angola, a causa de una explosión.

Sin embargo, en silencio siguió trabajando para enviar dinero a su mujer, que finalmente fallecería de cáncer en 2008. En ese año y el siguiente, mientras tanto, se filmó un documental denominado “Oro Olvidado”, en el que se realizó una recorrida de su carrera, llevándolo los productores del mismo, nuevamente hacia su país, en este caso la República Democrática de Congo, para visitar la zona donde entrenaba, vivía y demás.

Ya llegado el 2010, N´daye, seguía afincado en Sudáfrica, habiendo manifestado en varias ocasiones a la prensa su entusiasmo por el hecho de que por fin un Mundial hubiera llegado al continente negro. No obstante, las autoridades una vez más se burlaron de él, dejándolo sin entradas oficiales para los encuentros del torneo.

Como él mismo describe muy bien, "los héroes deportivos son tratados en otros países como dioses, mientras que hay que ver lo que me han hecho a mi en mi tierra".



3 comentarios:

  1. Un caso más de olvido, capáz por no ser europeo.
    Saludos

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  2. Si, entendible capaz en el momento, pero imperdonable que aún no se le haya reconocido de alguna forma...

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  3. Impresionante jugador, como dijo Nahuel es muy posible que no haya trascendido por no ser europeo.

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