Ídolo absoluto del Wolverhampton, William Wright -tal su nombre- nació en febrero de 1924 para incorporarse con tan sólo diez años al club que marcaría su carrera, cuando era un pequeño que ni siquiera soñaba en convertirse en futbolista, sino que había sido contratado para hacer algunas reparaciones en el terreno de juego del equipo, que solía deteriorarse sobre todo en invierno.
No obstante, su cercanía a los pequeños que jugaban al fútbol en los alrededores del estadio le produjo curiosidad, por lo que se unió a ellos en más de una oportunidad, y allí fue que los “ojeadores” del equipo notaron que tenían una verdadera joya entre manos. Le incorporaron a los chicos del club a pesar de su estatura y con la influencia de su padre, que había sido futbolista amateur, dio sus primeros pasos de forma profesional.
Para la temporada 1938/39, el Wolverhampton poseía una de las mejores plantillas de Inglaterra, al punto de finalizar en segundo lugar el campeonato de ese año, sólo por detrás del Everton. En el equipo jugaban, entre otros: Stan Cullis, Bill Morris, Dennis Westcott, Alex Scott, Tom Galley, Dicky Dorsett, Bill Parker, Joe Gardiner, Joe Rooney y Teddy Maguire.
Pero cuando estaba todo listo para la llegada de Wright al primer equipo, estalló la Segunda Guerra Mundial. Y por eso, a pesar de haber firmado su primer contrato profesional con sólo 17 años y jugado algunos encuentros en los dos últimos años, su carrera se vio cortada ya que el Wolverhampton, al igual que los demás clubes de la isla, tuvieron que disminuir notoriamente sus actividades hasta que el conflicto armado cesara.