jueves, 8 de diciembre de 2011

Sailen Maná, orgullo indio

Sailendra Nath Maná, nacido el 1 de septiembre de 1924, es uno de los futbolistas indios más importantes de la historia. Su valor radicó especialmente en haber sido un gran referente para sus compañeros, y haber deslumbrado en un momento de su país en el que apenas podía considerarse seriamente la posibilidad de dedicarse a un deporte como medio de vida.

Luego de graduarse en el Colegio Surendranath, afiliado a la Universidad de Calcuta, Maná entendió que su gran pasión estaba dentro de los terrenos de juego, y por eso se enlistó en el modesto Kolkata, un club de divisiones menores, en el que jugó de sus 16 a 18 años con gran éxito, lo que le permitió ser traspasado al Mohun Bagan, una de las instituciones deportivas más importantes de su país, donde jugó por 18 temporadas, hasta su retiro en 1960.

Lo interesante del caso, es que durante una gran cantidad de temporadas, concretamente entre 1950 y 1955, ejerció como capitán no sólo de su equipo, sino también del seleccionado de la India, aunque allí lo era anteriormente ya. Sus grandes atributos eran la anticipación, su capacidad de mando y visión del juego desde el fondo de la cancha, y sus potentes tiros libres, además de una mentalidad de competencia europea, que lo alejaba de cualquier otro jugador destacado técnicamente de su tierra.

Representando a la India, logró adjudicarse, ya como capitán, los Juegos Asiáticos de 1951, y el “Torneo Cuadrangular de Asia”, entre los años 1952 a 1955. Su participación en los Juegos Olímpicos de Londres en 1948 y de Helsinki en 1952 le habían hecho famoso en el mundo entero, y por eso en 1953, fue resaltada su carrera cuando la FIFA lo nombró como uno de los “Diez Mejores Capitanes del Año”, siendo el único indio, e incluso asiático, en lograrlo en la historia.

La eclosión del fútbol local, sobre todo desde 1947, coincidió con la Independencia del país, por lo que el aura de Maná trascendió cualquier campo de fútbol para traducirse como el deportista más importante de aquella nación libre. “A partir de allí, nos invitaban a jugar de todos los rincones del mundo, pero la Federación no tenía dinero para los viajes”, expresó hace algunos años, al recordar que finalmente acudieron a Londres en 1948 en un barco que tardó tres meses en llegar, para disputar un sólo encuentro.

Mención aparte merece esta cita olímpica, porque el propio Maná contó que a su llegada a Inglaterra, la Princesa Margarita pidió tener una entrevista con él por ser el capitán del equipo. Como no pudo decirle que jugaban descalzos por no tener los fondos necesarios para comprar botines, argumentó ante ella que lo hacían así por una cuestión de “comodidad”.

De hecho, en el único encuentro ante Francia, los indios se presentaron descalzos, algo que prohibía el reglamento, pero que fue aceptado por el árbitro sueco Gunnar Dahlner. Finalmente, el encuentro fue para los europeos por 2 a 1, habiendo fallado nuestro protagonista un penal cuando el mismo llegaba a su final.

A tal punto causó sorpresa el partido jugado por los indios, que la FIFA los incluyó en su clasificación para el Mundial de Brasil 1950, y se esperaba que formaran parte del Grupo C, junto a Suecia, Paraguay e Italia, aunque tuvieron que desistir de su participación porque varios futbolistas se sintieron ofendidos al comunicárseles que debía usar botines “obligadamente”.

Para más inri, durante los Juegos Olímpicos de 1952, los indios seguían firmes en su decisión de jugar descalzos, aunque no tuvieron en cuenta el pequeño detalle de las constantes nevadas, habituales en la capital finlandesa, que congeló sus pies hasta provocares serias lesiones, y la derrota en su único encuentro, ante Yugoslavia, por 10 a 1.

Tal vez lo más increíble durante su etapa como futbolista en activo, es que Maná no cobraba sueldo alguno de su club, el Mohun Baga, ya que se mantenía con su empleo en el Servicio Geológico Nacional de la India, y en su carrera, de más de dos décadas, se estima que ingresó poco menos de medio millón de dólares, es decir, la cifra que ingresan Messi o Cristiano Ronaldo hoy en día por grabar una publicidad.

Una vez retirado, el Gobierno de la India lo condecoró en 1971 con el premio “Padma Shri”, es decir, el cuarto escalafón en la sociedad local, destinado únicamente a hombres que trascendieron la frontera se actividad, siendo una inspiración para todo el pueblo, y siendo el segundo futbolista en recibirlo, detrás de Gostho Pal. En 2000, la Federación India de Fútbol lo reconoció como el “Mejor Jugador del Siglo XX”, y al año siguiente el Mohun Bagan destacó su paso por el equipo con una serie de homenajes.

En ese tiempo, desempeñó distintas funciones dentro del club de sus amores, siendo en primera instancia entrenador de los futbolistas juveniles, luego secretario de fútbol, y posteriormente subsecretario de la institución, desarrollando distintas labores. Hoy, con 87 años, se mantiene viviendo tranquilamente con su esposa Abha, alejado de las riquezas y los lujos que podían haber correspondido a alguien de su envergadura, tanto deportiva como social.

2 comentarios:

  1. En la India hay otro tipo de cultura y otra forma de vida a su vez, por lo que no me extraña que no se aferren a grandes lujos.
    Hay que remarcar que el fútbol no es de las grandes pasiones de ese país, como lo es el Hockey.
    Saludos

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  2. @Nahuel

    Si, es importante considerar eso, y también que este hombre se mantuvo fiel a sus ideales hasta el día de hoy

    Saludos y gracias por leernos siempre

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